14 de junio de 2012

**Haciendo frente a los pensamientos intrusivos**


¿A menudo te quedas atrapad@ dándole vueltas a un pensamiento negativo pensando que así podrás encontrar la solución al problema que lo ha generado?
 
Si pudiéramos grabar todos los pensamientos que surgen en las mentes de las personas, nos encontraríamos con todo tipo de pensamientos, ideas e imágenes mentales posibles. Entre ellos habría pensamientos absurdos, aterradores, obscenos, creativos o extravagantes.

  Cuando nos atrapamos en pensamientos y sentimientos negativos y los vamos cociendo a fuego lento, haciéndolos cada vez más grandes y, a la vez, más dañinos, damos lugar de manera inconsciente al "efecto bola de nieve". A menudo creemos que dándole vueltas y vueltas a un problema —analizando todos los detalles al milímetro una y otra vez—, lograremos ver las cosas con más claridad y hallaremos una solución. Sin embargo, cuanto más amasamos y estiramos un pensamiento, más se nos nubla la vista y El efecto bola de nieve que provocamos inconscientemente cuando nos atrapamos en pensamientos y sentimientos negativos y los vamos cociendo a fuego lento, haciéndolos cada vez más grandes y, a la vez, más dañinos. A menudo creemos que dándole vueltas y vueltas a un problema —analizando todos los detalles al milímetro una y otra vez—, lograremos ver las cosas con más claridad y hallaremos una solución. Sin embargo, cuanto más amasamos y estiramos un pensamiento, más se nos nubla la vista de manera que el pensamiento permanece y se vuelve un intruso en la mente que no puede librarse produciendo gran ansiedad.

-¿Es negativo este hábito de pensar demasiado? 

Un pensamiento es positivo cuando es constructivo, creativo y aporta soluciones. 

   Las rumiaciones, por el contrario, resultan nocivas porque afectan a nuestra capacidad para obtener respuestas y soluciones a nuestros problemas, producen desmotivación y generan nuevos problemas, nos bloquea en una posición repetitiva que puede afectar a nuestras relaciones sociales y, finalmente, puede arruinar nuestra salud física y emocional.
 S.Nolen-Hoeksema, en Mujeres que piensan demasiado. Cómo evitar pensamientos repetitivos y vencer la ansiedad (2), analiza cómo el pensamiento excesivo deteriora nuestra capacidad para encontrar buenas soluciones a nuestros problemas. A partir de los resultados que ha obtenido tras más de veinte años de investigación con sujetos procedentes de distintos ámbitos, esta psicóloga afirma que el pensamiento excesivo mina la motivación hasta el punto de que las personas que lo sufren no son capaces de dar el paso más sencillo para solucionar sus problemas; se quedan atrapadas en ciclos de duda y de indecisión y no consiguen estar nunca lo suficientemente seguras de lo que deben hacer.

¿Es apropiado luchar por intentar suprimir los pensamientos repetitivos?

Es precisamente esta respuesta (intentar suprimirlos) la que puede transformar estos pensamientos en dañinos. Cuanto más intente una persona suprimir un pensamiento, más probabilidades existen de que se convierta en una obsesión.
A mediados de los años 80, el psicólogo Daniel Wegner, de la Universidad de Virginia, reunió a un grupo de personas en una habitación con una grabadora y les pidió que dijeran cualquier cosa que surgiera en sus mentes, con una excepción: no estaba permitido pensar en un oso blanco. "La gente mencionó el oso al menos una vez por minuto, a pesar de que se supone que no deberían pensar en él", dijo Wegner. "Intentaban todo tipo de trucos, pero continuaba volviendo a su mente".
El mejor modo de librarse de los pensamientos indeseados no es suprimirlos, sino aceptarlos, abrirse a ellos y confesarlos a alguien. Las personas que discuten sus pensamientos con alguien se sienten mejor, tanto emocional como físicamente. Compartir estos pensamientos ayuda a las personas a darse cuenta de que es más frecuente de lo que creen, que todo el mundo tiene, en mayor o menor medida, pensamientos no deseados y que no es un indicativo de que se estén volviendo locos o estén descontrolados.
Cuando los pensamientos se dan en forma de imágenes mentales, un bueno modo de librarse de ellos sin recurrir a la supresión consiste en "congelar" la imagen como si le hubiéramos tomado una fotografía y concentrarse en ella, sin dejar de verla en nuestra mente, sin huir, hasta que la imagen acabe desvaneciéndose por sí misma.

Hay distintas técnicas que han demostrado ser efectivas para liberarse del hábito de pensar demasiado. A continuación te propongo algunas que pueden serte útiles:

  
-Tómate un respiro.  Respira profundamente -primer paso para la desconexión- y dedícate a otra cosa. Al inspirar introduces ese aire que limpiará tú mente de ese pensamiento, y al exhalar imagina como los expulsas de ti y dejas tú mente limpia. Siente cómo tú interior respira una gran tranquilidad. Repite esto tantas veces como necesites.

Muévete. La actividad física tiene ciertos efectos bioquímicos -como la segregación en el cerebro de sustancias químicas como la norepinefrina y la serotonina- que repercuten positivamente en el estado de ánimo y el modo de pensar.

Atención y firmeza.  Proponte parar el pensamiento de una manera contundente y asertiva. En cuanto detectes ese tipo de pensamiento circular y corrosivo muestra tu autoridad de una manera contundente, como lo harías con un niño pequeño que se está poniendo en peligro: “¡Basta ya!”, “¡Me merezco tratarme con cariño!” o cualquier otra expresión que surta efecto contigo mismo.

No dejes que tus pensamientos te venzan. Recuerda que tú no eres tus pensamientos, y que eres tú quien lleva las riendas de tu vida. Tú puedes.

- Anótalo en tu agenda. Cuando observes que tu pensamiento es circular, inútil y agotador, o simplemente que no es el momento para dedicarte a ello, haz un sitio en tu agenda para tratarlo en el momento oportuno, en las condiciones adecuadas. No se trata de ignorar o evadir problemas, sino de afrontarlos de una manera eficaz y en las mejores circunstancias.


Para evitar que tus pensamientos negativos te dominen, sigue esta fórmula: 

  - Deja de darle vueltas y más vueltas a ese pensamiento negativo. Por más que te recrees en todos los detalles; por más que ordenes cronológicamente todos los acontecimientos, por más causas y explicaciones que busques, difícilmente hallarás la solución que deseas. 

 - Evita hacer suposiciones que puedan contribuir a distorsionar la realidad, exagerar y magnificar el problema; o a distanciarte de las personas con las que has tenido el conflicto.  

-Toma la perspectiva necesaria para ver el problema con mayor claridad.








13 de junio de 2012

**Las explociones emocionales (II): Estrategias para no ser víctima de ellas**

 





 ¿Qué podamos hacer para no caer inmersos en un secuestro emocional?

- El segundo mágico.-
Los recientes avances dentro del campo de la neurociencia revelan que tenemos un cuarto de segundo mágico durante el cual podemos rechazar un impulso emocional destructivo. Si logras detectar las señales de enfado antes de que esas explosiones emocionales automáticas se hayan hecho dueñas de ti podrás controlarlas.

-Poner nombre a tus sentimientos.-

Me refiero a identificar y nombrar tus sentimientos negativos. Los escáneres cerebrales llevados a cabo muestran que poner nombre a un sentimiento consigue que se reduzca su intensidad y hace que retorne el poder de decisión a la parte más racional de la mente.

-Preguntate sobre la importancia que tendrá aquello que te inquieta o enfada dentro de unos años.-

Esto te ayudará a poner las cosas en contexto. Ayúdate de la realización al mismo tiempo de una respiración lenta antes de seguir hablando, lo cual te permitirá ganar tiempo para que la amígdala se tranquilice y así puedas volver a tu estado anterior de bienestar.


"No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas" (J. Bucay)


**Explosiones Emocionales (I)**



¿Porqué, cuando una persona entra en pánico pierde completamente el control de sí mismo?

Aunque perder el control puede tener una intensidad leve y de poco impacto en muchas personas;
en otras, ese momento de “descontrol emocional” los impulsa a acometer actos de los cuáles luego tienen que arrepentirse, en muchos casos, durante toda una vida.

A esos arrebatos de ira y de violencia, tan comunes de la raza humana, Daniel Goleman los define como
“secuestro emocional”, un momento donde las acciones son guiadas por emociones urgentes que excluyen y silencian la razón. En boca de muchos arrepentidos es muy común escuchar eso de 
“perdí la razón y por eso lo hice o lo dije”.
El secuestro tiene lugar en un instante y desencadena una reacción decisiva antes incluso de que el
cerebro pensante pueda participar. El rasgo distintivo de este tipo de secuestro es que, pasado el momento crítico, el sujeto no sabe bien lo que acaba de ocurrir. Literalmente una emoción incapacitadota secuestra la razón la cual queda a merced de esta hace y obedece lo que la emoción ordena.

-LA SEDE DE TODAS LAS PASIONES
La amígdala es la pieza clave en todo este tipo de reacciones. Es de un tamaño que no supera el de una almendra, pero tiene un impacto definitivo en el modo de cómo una persona responde a los estímulos límite. La amígdala es la encargada de todos lo sentimientos
constituye una especie de depósito de la memoria emocional y en consecuencia
también se la puede considerar como un depósito de significado.
está relacionada con las pasiones.

Las quejas más comunes del ser humano obedecen a las consecuencias de las decisiones tomadas en momentos en que las pasiones tomaron control de nuestro cerebro y nos impidió actuar razonablemente y una vez que las aguas han vuelto a su cauce, nos arrepentimos. ¿Cómo podemos volvernos tan irracionales con tanta facilidad?

En la arquitectura cerebral, la amígdala constituye una especie de servicio de vigilancia dispuesto a alertar a los bomberos, la policía y los vecinos ante cualquier señal de alarma. En el caso de que, por ejemplo, suene la alarma del miedo, la amígdala envía mensajes urgentes a cada uno de los centros fundamentales del cerebro, disparando la secreción de hormonas a cada uno de los centros fundamentales del cerebro que predisponen a la lucha o a la huída, activando los centros del movimiento y estimulando el sistema cardiovascular, los músculos y las vísceras.

Por lo tanto:

-Literalmente el secuestro le impide a la persona “pensar bien” y nos permite explicar porqué una perturbación emocional puede obstaculizar otras facultades básicas que quieren y pueden participar en el proceso completo.
-Cuánto necesitamos de la razón, la lógica e incluso la investigación en los momentos trascendentes de nuestra vida.
-En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: La inteligencia racional y
la inteligencia emocional, y nuestro funcionamiento en la vida está determinado por ambos.
Por ello no es el Coeficiente Intelectual lo único que debemos tener en cuenta, sino que también debemos considerar la inteligencia emocional.

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