13 de junio de 2012

**Explosiones Emocionales (I)**



¿Porqué, cuando una persona entra en pánico pierde completamente el control de sí mismo?

Aunque perder el control puede tener una intensidad leve y de poco impacto en muchas personas;
en otras, ese momento de “descontrol emocional” los impulsa a acometer actos de los cuáles luego tienen que arrepentirse, en muchos casos, durante toda una vida.

A esos arrebatos de ira y de violencia, tan comunes de la raza humana, Daniel Goleman los define como
“secuestro emocional”, un momento donde las acciones son guiadas por emociones urgentes que excluyen y silencian la razón. En boca de muchos arrepentidos es muy común escuchar eso de 
“perdí la razón y por eso lo hice o lo dije”.
El secuestro tiene lugar en un instante y desencadena una reacción decisiva antes incluso de que el
cerebro pensante pueda participar. El rasgo distintivo de este tipo de secuestro es que, pasado el momento crítico, el sujeto no sabe bien lo que acaba de ocurrir. Literalmente una emoción incapacitadota secuestra la razón la cual queda a merced de esta hace y obedece lo que la emoción ordena.

-LA SEDE DE TODAS LAS PASIONES
La amígdala es la pieza clave en todo este tipo de reacciones. Es de un tamaño que no supera el de una almendra, pero tiene un impacto definitivo en el modo de cómo una persona responde a los estímulos límite. La amígdala es la encargada de todos lo sentimientos
constituye una especie de depósito de la memoria emocional y en consecuencia
también se la puede considerar como un depósito de significado.
está relacionada con las pasiones.

Las quejas más comunes del ser humano obedecen a las consecuencias de las decisiones tomadas en momentos en que las pasiones tomaron control de nuestro cerebro y nos impidió actuar razonablemente y una vez que las aguas han vuelto a su cauce, nos arrepentimos. ¿Cómo podemos volvernos tan irracionales con tanta facilidad?

En la arquitectura cerebral, la amígdala constituye una especie de servicio de vigilancia dispuesto a alertar a los bomberos, la policía y los vecinos ante cualquier señal de alarma. En el caso de que, por ejemplo, suene la alarma del miedo, la amígdala envía mensajes urgentes a cada uno de los centros fundamentales del cerebro, disparando la secreción de hormonas a cada uno de los centros fundamentales del cerebro que predisponen a la lucha o a la huída, activando los centros del movimiento y estimulando el sistema cardiovascular, los músculos y las vísceras.

Por lo tanto:

-Literalmente el secuestro le impide a la persona “pensar bien” y nos permite explicar porqué una perturbación emocional puede obstaculizar otras facultades básicas que quieren y pueden participar en el proceso completo.
-Cuánto necesitamos de la razón, la lógica e incluso la investigación en los momentos trascendentes de nuestra vida.
-En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: La inteligencia racional y
la inteligencia emocional, y nuestro funcionamiento en la vida está determinado por ambos.
Por ello no es el Coeficiente Intelectual lo único que debemos tener en cuenta, sino que también debemos considerar la inteligencia emocional.

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