No hay una sola manera de mostrar amor, pero sea cual sea el modo, es necesario hacerlo. Una de las herramientas fundamentales para cuidar la relación de pareja es el intercambio recíproco de refuerzos positivos, ya sea en forma de actividades gratificantes, de mensajes verbales (elogios, valoraciones de esfuerzos) o de demostraciones de afecto (gestuales, miradas, abrazos). A veces por pereza (“¿para qué decirle que me ha gustado la cena, si ya lo sabe y no he dejado nada en el plato?”), habituación (lo bueno, de rutinario, se vuelve normal), o resentimiento (“¡si cree que con este regalo se me olvida lo que ha hecho, lo lleva claro!”) se dejan de intercambiar dichos refuerzos, creándose un ambiente de hostilidad cada vez mayor.
Muchas veces estamos tan ocupados en resolver los desacuerdos y señalar los defectos de la pareja, que perdemos la costumbre de regalar gestos positivos en el día a día. Para aquellos que anden despistados y secos de ideas, a continuación os sugiero algunas propuestas para añadir armonía y bienestar a vuestra relación:
Muchas veces estamos tan ocupados en resolver los desacuerdos y señalar los defectos de la pareja, que perdemos la costumbre de regalar gestos positivos en el día a día. Para aquellos que anden despistados y secos de ideas, a continuación os sugiero algunas propuestas para añadir armonía y bienestar a vuestra relación:
“Pilla a tu pareja haciendo algo agradable”
Esta técnica consiste en hacer que cada miembro de la pareja registre, de manera puntual, todas aquellas actividades, actuaciones y detalles que el otro ha realizado, y que han sido valorados como especialmente positivos por el uno. Por ejemplo: “me gustó cuando me trajiste a la cama el desayuno, cuando me dijiste que me apoyabas por lo del trabajo, cuando me diste las gracias por la cena, etc.”
Cada dos días han de intercambiar la hoja de anotaciones para que el otro pueda constatar cuáles son las actividades y acontecimientos que en el presente resultan gratificantes para su pareja. El objetivo es buscar datos que refuten la creencia irracional de que “el otro ya no hace nada bueno por mí” y evitar la tendencia que durante tiempo les ha hecho fijarse más en lo negativo del comportamiento del compañer@ que en lo positivo.
Este ejercicio puede ayudar a cambiar las explicaciones a las conductas de la pareja que con el paso de los años se han ido elaborando. De “lo negativo que hace él/ella es para fastidiarme o porque es egoísta y lo poco que hay de positivo es mera casualidad” a “lo positivo que hace es para alegrarme porque le importo, lo negativo puede deberse al estrés, a las prisas, a sus preocupaciones, etc”.
Esta técnica consiste en hacer que cada miembro de la pareja registre, de manera puntual, todas aquellas actividades, actuaciones y detalles que el otro ha realizado, y que han sido valorados como especialmente positivos por el uno. Por ejemplo: “me gustó cuando me trajiste a la cama el desayuno, cuando me dijiste que me apoyabas por lo del trabajo, cuando me diste las gracias por la cena, etc.”
Cada dos días han de intercambiar la hoja de anotaciones para que el otro pueda constatar cuáles son las actividades y acontecimientos que en el presente resultan gratificantes para su pareja. El objetivo es buscar datos que refuten la creencia irracional de que “el otro ya no hace nada bueno por mí” y evitar la tendencia que durante tiempo les ha hecho fijarse más en lo negativo del comportamiento del compañer@ que en lo positivo.
Este ejercicio puede ayudar a cambiar las explicaciones a las conductas de la pareja que con el paso de los años se han ido elaborando. De “lo negativo que hace él/ella es para fastidiarme o porque es egoísta y lo poco que hay de positivo es mera casualidad” a “lo positivo que hace es para alegrarme porque le importo, lo negativo puede deberse al estrés, a las prisas, a sus preocupaciones, etc”.
“¡Y házselo saber!”
Esta tarea es complementaria de la anterior. Consiste en hacerle ver al otro que hemos captado aquellos detalles positivos que ha tenido hacia nosotros, y que se lo agradecemos. Ese hacérselo saber ha de consistir principalmente en mensajes no verbales como sonrisas, guiños, abrazos, etc. Pensemos que todos tenemos tendencia a repetir aquello que nos trae consecuencias positivas como puede ser el conseguir el cariño de alguien a quien apreciamos. Hay que valorar lo que nos dan, sin darlo por hecho como si de una obligación del otro para conmigo se tratara.
Esta tarea es complementaria de la anterior. Consiste en hacerle ver al otro que hemos captado aquellos detalles positivos que ha tenido hacia nosotros, y que se lo agradecemos. Ese hacérselo saber ha de consistir principalmente en mensajes no verbales como sonrisas, guiños, abrazos, etc. Pensemos que todos tenemos tendencia a repetir aquello que nos trae consecuencias positivas como puede ser el conseguir el cariño de alguien a quien apreciamos. Hay que valorar lo que nos dan, sin darlo por hecho como si de una obligación del otro para conmigo se tratara.
Caja de los deseos.
La estrategia se fundamenta en que cada uno escriba en un trozo de papel (de color diferente para ambos) algunos de los deseos o actividades que le gustaría realizar con el otro. Después se dobla el papel y se introduce en una caja. Cuando cualquiera de los dos quiera complacer al otro, lo único que tiene que hacer es ir a la caja, coger un papel del color del otro y cumplirlo.
La estrategia se fundamenta en que cada uno escriba en un trozo de papel (de color diferente para ambos) algunos de los deseos o actividades que le gustaría realizar con el otro. Después se dobla el papel y se introduce en una caja. Cuando cualquiera de los dos quiera complacer al otro, lo único que tiene que hacer es ir a la caja, coger un papel del color del otro y cumplirlo.
Símbolos de unión:
Cualquier lugar, actividad, acontecimiento o acción, que tenga un sentido o un significado especial para la relación nos puede servir como símbolo de unión. Por ejemplo: una canción especial, un viaje, el lugar donde se encontraron por primera vez, el sofá de la casa donde pasan tiempo juntos abrazados, etc. Es bueno intentar establecer algún símbolo en este sentido, porque generalmente desarrollamos sentimientos más positivos hacia las personas con las que compartimos estos rituales.
Ahora bien, como en ocasiones algunos de éstos símbolos se han perdido en épocas de crisis o se han convertido en una carga obligatoria para uno de los miembros (regalos en San Valentín), es conveniente que impliquen cierta novedad, creatividad o espontaneidad, que se transformen en códigos propios de la pareja que les doten de complicidad.
Cualquier lugar, actividad, acontecimiento o acción, que tenga un sentido o un significado especial para la relación nos puede servir como símbolo de unión. Por ejemplo: una canción especial, un viaje, el lugar donde se encontraron por primera vez, el sofá de la casa donde pasan tiempo juntos abrazados, etc. Es bueno intentar establecer algún símbolo en este sentido, porque generalmente desarrollamos sentimientos más positivos hacia las personas con las que compartimos estos rituales.
Ahora bien, como en ocasiones algunos de éstos símbolos se han perdido en épocas de crisis o se han convertido en una carga obligatoria para uno de los miembros (regalos en San Valentín), es conveniente que impliquen cierta novedad, creatividad o espontaneidad, que se transformen en códigos propios de la pareja que les doten de complicidad.
Baraja de pasatiempos.
Los sentimientos positivos también pueden fomentarse a través de compartir tiempo y actividades placenteras. A partir de una larga lista de actividades propuestas por ambos de forma espontánea a modo de lluvia de ideas, en la que a priori todas sean válidas y ninguna censurada, cada uno elige cinco de tales sugerencias que crea le hacen una ilusión especial, bien porque se trata de algo que nostálgicamente ya practicó y disfrutó en el pasado y hace tiempo que no se realiza, bien por ser un deseo de siempre, aquello que desde hace años quisimos hacer y no pudimos.
Han de intercambiar su lista y observar si han coincidido en alguna; y de ser así, llevarla a cabo, y si no, acordar las que puedan ser semejantes o del gusto de ambos. A veces los dos miembros de la pareja evolucionan de manera tan opuesta que las actividades que les atraen individualmente a cada cual tienen poca semejanza entre sí. En este caso, es importante llegar a un consenso para realizar alguna actividad escogida por uno con una variante de la preferida del otro. Por ejemplo: “vale, vamos al teatro que te gusta, pero antes tomamos uno de esos bocadillos de calamares que me encantan”.
Los sentimientos positivos también pueden fomentarse a través de compartir tiempo y actividades placenteras. A partir de una larga lista de actividades propuestas por ambos de forma espontánea a modo de lluvia de ideas, en la que a priori todas sean válidas y ninguna censurada, cada uno elige cinco de tales sugerencias que crea le hacen una ilusión especial, bien porque se trata de algo que nostálgicamente ya practicó y disfrutó en el pasado y hace tiempo que no se realiza, bien por ser un deseo de siempre, aquello que desde hace años quisimos hacer y no pudimos.
Han de intercambiar su lista y observar si han coincidido en alguna; y de ser así, llevarla a cabo, y si no, acordar las que puedan ser semejantes o del gusto de ambos. A veces los dos miembros de la pareja evolucionan de manera tan opuesta que las actividades que les atraen individualmente a cada cual tienen poca semejanza entre sí. En este caso, es importante llegar a un consenso para realizar alguna actividad escogida por uno con una variante de la preferida del otro. Por ejemplo: “vale, vamos al teatro que te gusta, pero antes tomamos uno de esos bocadillos de calamares que me encantan”.
Me ha gustado mucho el refuerzo positivo que has explicado, vital para que la relación no decaiga en la rutina, muy bueno
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