"Cuando una puerta se cierra a la felicidad, otra se abre. A menudo miramos tanto la puerta cerrada, que no vemos la nueva puerta que se abrió para nosotros. " Helen Keller
Hay momentos en nuestra vida que parece que todo esta en contra, donde nos vemos expuestos a situaciones muy dificiles o adversas, es en estas situaciones donde parece que la vida nos pone a prueba para buscar dentro de nosotros esos recursos y habilidades para enfrentar la desdicha que estamos viviendo. Hay personas que pueden tener el coraje de salir adelante a pesar de todo lo malo que vivan o que sufran, es como si tuvieran un don para afrontar los problemas y no solo poder recuperarse, sino que transforma su experiencia traumática en un crecimiento personal y hay otras personas que se estancan en su dolor. A esta capacidad se le llama Resiliencia, y nos indicaría el grado en que una persona está preparada para resistir ante los contratiempos, para tolerar las situaciones en las que se ve sometida a presión (tanto externa como interna). Nos indicaría la habilidad para enfrentarse a los problemas y salir fortalecido de ellos.
Se trata de una habilidad con la que nacemos todos los seres humanos, pero que se modifica según haya sido nuestra experiencia con el paso de los años. Es decir, que se puede entrenar, ya sea para mejorarla o para eliminarla de nuestro repertorio de conductas naturales.
Pensemos en un bebé que quiere agarrar el juguete que cuelga de su cuna. Si se frustrara al primer intento jamás llegaría a coordinar sus movimientos ojo-mano. Y cuando le llegase la hora de aprender a caminar, se quedaría sentado para siempre después de la primera caída. No volvería a intentarlo porque no le salió bien las doscientas primeras veces que lo intentó.
¿Cómo podemos potenciar la Resilencia?
• Mejorando nuestra autoestima. Aprendamos a querernos y a encontrar esas capacidades que nos hacen especiales y diferentes al resto del mundo. Tratémonos, al menos, con el mismo respeto con el que tratamos a los demás.
• Permitámonos un tiempo para nuestro disfrute y para dedicarlo a nuestras aficiones.
• Encaremos las dificultades con flexibilidad y buscando soluciones creativas, tratando de encontrar diferentes respuestas posibles a cada situación a la que nos enfrentemos.
• Seamos proactivos anticipándonos a los problemas. No esperemos a que las situaciones nos superen, como suele decirse “agarremos el toro por los cuernos”. Debemos reflexionar antes de actuar.
• Perdamos el miedo a pedir ayuda. Una muestra de grandeza personal es saber pedir ayuda cuando la necesitamos.
• Y por supuesto, tratemos de buscar siempre el lado amable de las cosas. Si al final no nos queda otra que sufrir un revés de la vida, no nos quedemos sólo en lo mucho que sufrimos y padecemos, vayamos más allá tratando de aprender todo lo posible de esa situación. Busquemos siempre algo positivo, aunque sólo sea que “de esto también se sale”.
..."Siempre puedes empezar de nuevo y convertir la adversidad, en un nuevo aprendizaje
sano y beneficioso..."
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